Es de
noche, las calles reposan en un profundo silencio, y al mismo tiempo,
algunas nubes de tormenta se precipitan sobre el cielo nocturno de la
ciudad. De forma centellante, las nubes dan origen a algunos rayos,
iluminando en parpadeos luminosos los altos edificios del centro de la
ciudad, transformándolos en siluetas proyectadas en el horizonte
nocturno.
El silencio es interrumpido por el estruendoso rugir de un trueno a lo lejos, el cual abre paso a una ligera llovizna.
En ese mismo instante, una chica duerme tranquilamente es su cama,
indiferente al naciente caos nocturno que da inicio en ese momento. Un
segundo trueno se escucha a lo lejos, haciendo vibrar los muros y
cristales de la habitación, despertando a la chica por causa de su
intensidad.
La chica se incorpora en su cama, algo confundida y
des orientada por el abrupto despertar, esto provoca por un instante
que se pierda en la profunda oscuridad de su habitación, talla sus ojos
en un intento por aclarar su visión, ya que la vista dentro de su
habitación está limitada a simples siluetas, las cuales son proyectadas
por una luz tenue, producida por algunas lámparas externas, la cual se
cuela a través de sus delgadas cortinas. Una vez acostumbrada a la poca
luz de su entorno, la chica deja su cama y camina al interruptor de la
luz, al accionarlo no sucede nada, lo acciona un par de veces más, pero
el resultado es el mismo, no insiste más y se retira algo molesta,
atribuyendo el des perfecto a una posible falla en algún transformador
cercano. Abre la puerta y se interna en aquel oscuro pasillo que fuera
de su habitación, atravesándolo con pasos ligeros, procurando no golpear
alguna de las mesitas con sus pies desnudos, al cabo de unos pasos,
experimenta una sensación extraña, parecida a un tirón en la altura de
la nuca, la intensidad de la sensación es tanta, que incluso se tambalea
un poco, con su mano toca su nuca, pero no le da mucha importancia que
lo relaciona con el desequilibrio provocado por la profunda oscuridad.
Tras unos pasos, llega a las escaleras que conducen a la planta baja, la
cual es iluminada por una destellante luz que se cuela al interior, por
una ventana de la sala, la chica baja las escaleras y toma rumbo a la
cocina, toma un vaso con agua, bebe un poco y lo vuelve a llenar, y
entre destellantes parpadeos , toma rumbo de nuevo a su habitación,
justo a mitad de las escaleras, experimenta nuevamente esa extraña
sensación de tirón en la nuca, detiene sus pasos y lentamente jira su
mirada a sus espaldas, solo para asegurarse que ha sido solo una
sensación, y no lo que su mente comienza a maquinar como producto por el
temor emergente provocado por la inmensa oscuridad.
Recorre
nuevamente el oscuro pasillo con un paso más acelerado, llegando a la
puerta de su habitación rápidamente, y al tocar la perilla de la puerta,
experimenta nuevamente la extraña sensación con mucha más intensidad,
abre la puerta, y sus ojos son testigos de algo abrumadoramente irreal,
su mirada se fija en lo que parece ser ella recostada en su cama, y
sobre de ella una escalofriante figura encapuchada flotando muy cerca
del techo, la chica sorprendida suelta el vaso que sujetaba con su mano,
el cual se quiebra al contacto con el piso, el ruido provoca que la
entidad volteé a donde se encuentra ella, en sus manos se aprecia una
especie de hilo luminosos el cual sujeta con firmeza, mismo que empieza a
morder frenéticamente, al mismo tiempo que mantiene su mirada fija en
ella, al momento que empieza a mordisquear el hilo luminoso, la chica
experimenta nuevamente la extraña sensación, coloca su mano en la nuca, y
se percata de algo que no había notado, con sus dedos detecta algo que
no debería estar ahí, con su mano sigue lo que acaba de detectar hasta
la altura de su cintura, y con sus ojos contempla el mismo hilo
luminoso, el cual sigue con la mirada hasta las manos de la entidad, y
de sus manos a la frente de la chica que yace acostada en su cama, la
chica aterrada, libera un grito por lo que en ese momento contempla y
por el inexplicable miedo que experimenta al percatarse del hilo. En un
parpadeo la chica se encuentra en su cama, tras revisar su frente y su
nuca, atribuye todo lo sucedido a un mal sueño, aun agitada y bañada en
transpiración, deja su cama, motivada por la necesidad de refrescar su
cara, al momento que abre la puerta de su recamara, la impresión la
derriba, haciendo que caiga al piso conmocionada por la impresión
provocada por lo que sus ojos contemplan. En el piso, fuera de su
habitación, yace el vaso de agua quebrado.
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