domingo, 3 de marzo de 2013

La pierna de Laura


Laura y yo éramos amigas desde hace mucho tiempo, aunque por lastima vivíamos realidades muy distintas. Ella era heredera de una fortuna inmensa, sin embargo yo, vivía en las sombras tratando de ganarme la vida como pudiera.

Si bien, la familia de Laura me recibía de la mejor manera y me ayudaba un poco con el dinero, no podía ser así por siempre, tarde o temprano las cosas debían cambiar. Laura, su familia y yo teníamos un secreto que nadie más sabia, dicho secreto era que Laura usaba una pierna postiza adornada casi completamente en oro, se que era muy malo hacerlo, pero esa pierna era mi única salida del agujero económico que tenía.

Un día, Laura tuvo un accidente de coche, en el cual murió junto con sus padres, los otros parientes decidieron que lo mejor seria enterrarla con la pierna aún puesta. Una vez que todos abandonaron la casa, a eso de las tres de la madrugada fui adentro, pues el ataúd iba a ser enterrado al día siguiente a primera hora, por lo cual tenia tiempo para robarla, nadie sospecharía de mi, soy su mejor amiga después de todo. Cuando estuve a punto de agarrarla escuche un susurro…“Maria, no lo hagas”. ¿Qué fue eso? Debió haber sido mi imaginación, así que solo la agarre y me fui lo más rápido que pude. Por esa vez creí que la suerte me sonrió, pero sin embargo, fue lo peor que pude haber hecho.

Al otro día todos los parientes de Laura se alarmaron por la extraña desaparición de la pierna, dado que solo ellos sabían sobre ella, pero aún así la enterraron. Días después del incidente me empezaba a sentir extraña, como si fuera observada desde algún lugar con odio y decepción a la vez, la pierna todavía seguía en mi casa, venderla tal solo supondría un problema enorme, no creo que semejante pierna no pase por televisión. así que lo mejor sería decir que la encontré, pero eso suponía el mismo problema, pero más difícil porque habían preguntas que responder, en especial cómo la encontré, así que decidí dejarla en mi casa por un rato hasta que la situación se calme o hasta que encuentre una muy buena excusa..

Ya de noche, dispuesta a dormir, cuando estuve a punto de apagar la ultima luz, escucho un susurro…“Maria”. ¿Qué carajos fue eso? El temor se abrazo por todo mi cuerpo, ¿quién o qué dijo eso?…“Maria” escuche otra vez, no puede ser, no se que hacer, lo único que se me ocurrió fue esconderme en el armario que está al lado mío, de más está decir que ahí guarde la pierna…“Maria, devuélveme mi pierna”. ¿Qué? No, no podía ser, no ella, NO MI AMIGA, esto ya pasaba la locura, no puede ser que esa mirada que sentía…sea ella.

“Maria, devuélveme mi pierna”. Ya no puedo más, ahora el susurro es voz, siento como se acerca, en busca de su pierna, en busca de mí. No se que va a pasar, ella se acerca más y más. ¿Será mi fin? No se qué es mejor, si quedarme aquí a esperar que me encuentre o salir y enfrentar al espíritu de la amiga que traicione, no se que hacer, una vez más escucho la frase, pero ahora…la manija de mi armario se empieza a mover.

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