lunes, 13 de mayo de 2013
Campamento
Hace unos meses, una amiga mía, quien es una fotógrafa entusiasta de la naturaleza, decidió pasar un día y una noche en un bosque cercano a la ciudad. Quería fotografiar los árboles y la vida silvestre sin interrupciones para completar su portafolio. No tenía miedo de estar a solas, porque ya había acampado muchas veces antes sin compañía alguna.
Armó su tienda en medio de un pequeño claro y pasó el día tomando fotos. Lleno cuatro rollos fotográficos en ese viaje, pero cuando los envió a revelar, vio cuatro fotos que la desconcertaron. Esas cuatro fotografías habían sido tomadas desde el interior de la tienda, mostrándola a ella, completamente dormida, en la mitad de la noche.
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