viernes, 26 de julio de 2013

Ojo Por ojo

Todo cuanto hagas, tarde o temprano se te regresará, equivalentemente... ese es el equilibrio del universo.
El día era normal en las provincias de Inglaterra, todo muy normal, o eso parecía. No todo es lo que creemos que es. En un hogar, una casa muy grande, vive una familia no muy numerosa; una jefa del hogar, Marianne, de 60 años, una joven hija, Juliet, de 18, y su hermana Jazmín, de 22. La madre es la típica persona que a la vista de todos es refinada, tierna y amable, pero en la oscuridad del hogar, ella maltrata a sus hijas cruelmente, exigiéndoles casarse con cualquier hombre que les de dinero y posición en este mundo, cosa que ninguna de las dos quería. Marianne harta de esto, le consiguió un matrimonio arreglado a Jazmín, con un hombre empresario y aristocrático. Jazmín se negó, pero Marianne la obligó. Cansada de eso, Juliet salió de su casa, sin rumbo, huyendo de su realidad.

Camino hasta la gran ciudad de Manchester, y ahí en el pueblo buscó su supervivencia. Camino por el mercado del pueblo, y ahí intentó tomar una manzana de un puesto de fruta cuando el encargado no la veía, pero en eso sintió un escalofrió inquietante, se dio la vuelta y vio en la sobras un ojo rojo, perteneciente a un señor algo extravagante. Le observaba sin parpadear, y su mirada era sumamente penetrante, e hipnotizarte, sin darme cuenta ya estaba enfrente de él en su pequeño puesto de artículos variados. El hombre fríamente recitó:

"Puedo ver que tienes problemas, pero no temas, sin más, aquí estoy a tu servicio. Solo una cosa te pido, ojo por ojo será, lo mismo que me pidas, lo mismo me darás"

Juliet estaba hipnotizada por su extraño canto, pero a la vez estaba preocupada por su hermana Jazmín, que estaba a punto de casarse con un hombre que no amaba, así que le dijo al hombre simplemente: "Salva a mi hermana, no importa cómo, pero ayúdala"

El hombre simplemente sonrió, y en un parpadeo este desapareció entre las sombras. Juliet se le hizo extraño eso, así que sin más volvió a prisa a su pueblo. Le tomó dos días regresar, y al hacerlo el ambiente lucía lúgubre. Había un sepelio al parecer adentro, ya que había muchas personas de negro. Jazmín recibió a Juliet con un abrazó y lágrimas en los ojos, y le dijo: "Mamá ha muerto, fue asesinada ayer en la noche". Juliet sin creerlo corrió hacia el ataúd y la vio, pálida, los embalsamadores no pudieron quitarle las marcas de garras en sus brazos, y en su frente el número tres, que nadie se explicaba que significaba, pero Juliet no pasó atención en eso, solo podía pensar en las palabras de aquel hombre: "...ojo por ojo será, lo mismo que me pidas, lo mismo me darás"

1 comentario: