miércoles, 30 de enero de 2013

La Calchona

En la zona central de Chile aparece La Calchona (por mechuda o con pelo largo desordenado y sucio). Según el mito esta era una bruja, que en la noche se untaba ungüentos y podía transformarse en animales; su esposo e hijos eran previamente dormidos para evitar ser descubierta. Una noche olvidó sedarlos, y mientras se transformaba fue descubierta por los hijos; al irse al campo, transformada en oveja negra, sus hijos hicieron lo mismo y se transformaron en zorros; cuando desearon volver a ser humanos, no podían y con sus llantos despertaron al padre; este al comprende lo ocurrido buscó entre los muchos ungüentos hasta encontrar el correcto. Recuperados sus hijos, los agarró y se fue lejos al comprender que su mujer era una bruja. Cuando la bruja volvió no quedaba suficiente crema y sólo pudo recuperar su rostro y manos, quedando el resto de su cuerpo como oveja; no recuperó su capacidad para hablar, por lo que solo puede balar como una oveja. Por las noches, los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que es La Calchona; y le dejan un plato con comida y ya es totalmente inofensiva y está arrepentida de sus antiguos actos de brujería.

Los demonios a las 03.15 am
Un viernes 13 de julio estaba la familia Jackson en su casa disfrutando de una cena familiar en la casa de la hija menor de 23 años, ella tenía una hija de 10 años la cual era muy alegre. Se hizo de noche, ya eran la 02:00 am y la familia decidió marcharse y sólo quedaron la joven de 23 y su hija, ella fue a visitar a su niña y la vio dada la vuelta hacia la pared. Ella exclamó:
- ¡¡Mmm, ya se durmió mi corazón!!!
Pasan las horas y la niña despierta a las 03:15 am, camina por las escaleras y se dirige a la habitación de la madre, pero en un momento queda paralizada en frente de la puerta de la habitación de la madre.
Al otro día la madre se levanta y sale a hacer el desayuno pero al salir de su habitación se encuentra a la hija de pie mirando el techo, con los ojos rojos y sus pies y manos aferradas al suelo, tanto así que sus uñas sangraban. La madre intentó hablarle y la niña sólo recitaba el Padre Nuestro al revés, y contaba del 1 al 6 tres veces.
La niña fue derivada a un manicomio y jamás pudieron lograr que ella dijera otra cosa. Años después la niña murió, ya tenía 17 años y la madre jamás se separó de ella.

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