Mi padre siempre fue obsesivo con su muerte, siempre que hablaba del tema comenzaba a meditar en como acomodaría las cosas en caso de morir.
Siempre daba la imagen de ser muy entusiastas con estos temas, pero en su interior yo sabia que le tenía pavor a la muerte.
Tal es así que hace ya algunos años había instalado un teléfono en la cripta de la familia.
Realmente lo atormentaba el hecho de que lo diesen como muerto y despertar en su tumba.
Había noches que hasta despertaba exaltado por sueños relacionados.
Algunas veces lo había observado llorar sentado en la cama, pero yo simulaba no saberlo.
Esto continuo así pasado los años.
Yo me comprometí con un chico que conocí en la facultad y tuvimos un hijo.
Separándome de mis padres comencé una vida, una familia que me hacia feliz.
Hay dios... como lamento que mi padre no haya estado el día de mi boda, como lamento no haber hablado con el.
Siguiendo lo que comentaba me había mudado con mi novio, todo marchaba estupendo, hasta el día que llamo mamá muy desesperada. ¡Papá ha tenido un ataque al corazón¡ decía.
Yo me sorprendí e intente calmar a mamá de alguna forma.
Realmente lo ocurrido me impacto mucho, me quito noches de sueño, días de armonía.
Papá fue puesto en su respectiva cripta, la que el mismo había hecho construido, y así nos marchamos a casa.
Después de esto en casa había un ámbito de mucha tensión. Mamá no paraba de llorar, esos días tuve que consolarla mucho... no podía permitirme verla así.
Esto continúo por dos días, dado que en dos días aprendió a controlar sus emociones. Yo volví a casa con mi novio y la llamaba todas las tardes.
Cinco días mas tarde trate de comunicarme con mamá, pero la línea me daba ocupada, me extraño entonces... mamá no era de realizar llamadas muy extensas, además desde la muerte de papá solo recibía mis llamadas.
Procure no preocuparme demasiado, trate de pensar que todo estaría bien.
Sin darme cuanta de lo que estaba haciendo me dirigí inconscientemente a casa en mi auto (llamo así al lugar donde me crié, la casa de mis padres).
En el camino solo pensaba en mamá, en lo extraño que parecía todo... en la rareza de lo que sucedía.
Al llegar note que mi casa estaba como siempre, vacía, subí las escaleras y lo que vi entonces me dejo estupefacta.
Mi madre estaba sentada en el sillón con el teléfono casi cayendo de sus manos, no respiraba. Estaba... estaba tiesa. Parecía no tener vida, y así era. Me acerqué y le toque el pulso: "estaba muerta".
Lo demás no lo recuerdo, me desmayé al instante, para cuando desperté me encontraba en casa junto a mi novio.
Pregunte por mamá, quería saber si todo había sido una pesadilla.
Lamentablemente no fue así, era la cruda verdad.
Como imaginan hubo llantos y diferentes ataques emotivos en mi familia, cosa que tratare de no detallar.
El día que fuimos a colocar a mama en la cripta familiar nos encontramos que el teléfono que papá había colocado se encontraba descolgado.
Siguiendo el cable enrulado con la vista puede ver que el auricular se encontraba dentro del ataúd de mi padre.
Realmente aquello impacto en mi, me ha dejado muy indefensa en el ámbito espiritual.
Hace semanas que vengo teniendo llamadas recurrentes.
No las atiendo, temo que la muerte llame a mi puerta.
Aunque se que si estas leyendo esto he perdido, he accedido a su llamado.
Me he resignado a morir.
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