miércoles, 16 de enero de 2013

Emi, el payaso maldito.

En Barcelona en 1992 había una pareja de emigrantes, uno uruguayo y su mujer argentina, que tenían un pequeño niño llamado David. Alquilan una vieja casita, de aquellas que hace años que nadie habitaba. Allí encuentran, entre tanta cosa vieja y sucia, un muñeco tirado, un payasito de antaño de que el niño se encariña y decide quedarselo. Al muñeco le ponen Emi, ya que era el nombre que estaba grabado en el brazo.
PasPero de repente, el niño se asusta en la noche, siente que alguién lo agarra del cuello. Sus juguetes a quien pone como protectores al acostarse, al despertarce aparecen tirados por el suelo. No todos los juguetes, Emi sigue allí.
De repente David le teme a Emi, pero los padres no lo escuchan. El niño comienza a tener pesadillas y a querer dormir con sus padres, pero estos enfadados lo mandan acostar.
Hasta que en una noche tormentosa, preocupados por el grito del niño los padres entran y encuentra al muñeco sobre el cuello del niño, como que el payaso lo quería estrangular. El padre quiso quitarle las manos del niño pero no pudo. Finalmente lo logró y tiró al muñeco.
Cuando los padres consultaron a los vecinos sobre el hecho, estos les preguntaron si tenía algo para identificarlos y los padres dijeron que sí que estaba grabado el nombre de EMI. Los vecinos se asustaron. Ya que Emi eran las iniciales de Enriqueta Martí conocida como la Vampira de Barcelona o Vampira de Carrer Ponent.
Una mujer que a principios de siglo XX, asesinaba a los niños, después de engatusarlos, para sacarle la sangre y prolongar la juventud tanto de ella como de varios patricios de Cataluña a el tiempo y el niño se encariña mucho con el muñeco.

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