Hubo una época de mi vida en la cual me sentía devastado, no tenía ánimos, no me preocupaba por mí mismo ni por los demás, no esperaba nada bueno día a día, solo me interesaba llegar y aislarme de todo.
Un día desperté y me sentí extraño, el clima, la personalidad de todos era diferente, fui a la universidad como siempre pero nada era igual, incluso escuchaba ruidos extraños, murmullos, creí que era idea mía así que no preste atención, seguí mi día como si nada y asi hasta la hora de dormir.
Desperté…
me bañe, me vestí y arregle mis cosas para la escuela pero cuando abrí la puerta de mi habitación no encontré las escaleras de mi casa, si no un pasillo oxidado, parecía un hospital o algo así, quede atónito, era irreal, voltee para volver a mi habitación pero ¡ya no lo era¡ parecía una sala de quirófano y en la camilla había un cadáver pútrido, entre sus costillas se podía observar su corazón que latía y bombeaba lo que parecía ser sangre por unos tubos transparentes atreves de las paredes de la habitación, me recargue en una pared para tomar un respiro y rogué por que fuera una pesadilla, me solté cachetadas para despertar… pero no era un sueño, estaba desesperado pero tenía que salir de ahí de alguna u otra forma así que me arme de valor y entre a la única puerta hacia el hospital , apenas había avanzado unos metros cuando empecé a escuchar un alarido desgarrador parecían lamentos o algo similar, me puse nervioso y apresure el paso sentía que me seguían y escuchaba como si algo caminara sobre las tuberías del techo, no lo resistí más puse mi espalda en la pared quería estar alerta y si había algo o alguien aparte de mi ahí no quería que me tomara por la espalda, casi al instante salto desde el techo una figura humanoide, era una criatura alargada algo jorobada con afilados colmillos y garras, estaba ensangrentado parecía un cadáver mutilado con una profunda mirada perdida, Salí corriendo por instinto y esta abominación me persiguió, corría de una forma escalofriante, sus brazos parecían estar colgados y se movían de un lugar a otro mediante se movía, era más rápido que yo alcanzo mi pierna clavándome una de sus garras, tropecé y esta criatura se abalanzo sobre mí, intento morderme pero logre cubrirme con mi brazo, su mordida fue tan dolorosa que no sentía mi extremidad, a mi costado vi un viejo pedazo oxidado de tubería suelto lo tome y lo golpeé tan fuerte que me dio tiempo de encerrarme en una habitación continua, me tranquilicé e hice un torniquete en mi brazo con un trozo de mi chamarra para evitar la pérdida de sangre apenas podía moverme gracias a la adrenalina y entre a otra habitación, era un pasillo muy largo, con cuerpos colgados en ganchos para carne, seguí avanzando y vi que cada uno de ellos era un conocido, un amigo o un familiar me llene de tristeza y horror, pero sabía que debía continuar .
Llegue al final, había una vitrina donde se encontraban conectados las tuberías de sangre que había visto en el quirófano, me acerque a ver dentro de ella y vi un corazón negro que latía gracias a toda la sangre que llegaba, junto de él había una daga con una inscripción que decía:
“Existe olvido para aquel que odia, Existe libertad al vencer tu odio”
Las luces se apagaron, segundos después prendieron de nuevo pero la sala había cambiado, ya no era un pasillo largo con cadáveres colgados, sino una habitación cuadrada con un espejo enorme frente a mí, me observe a mí mismo, observe mi rostro y me di cuenta de que yo era quien había creado mi propio olvido, mi propio dolor, había generado tanto odio en mí que me estaba matando, me arrodille con profunda tristeza, y no pude contener las lágrimas.
Levante la mirada al espejo, ahora había una silueta de una mano y escrito con sangre “¿Estas Listo?” me levante y coloque mi mano en la silueta las luces se fueron de nuevo por unos segundos y al regresar estaba la creatura frente a mí con una extraña llave incrustada en su pecho, también había otra daga en el suelo frente a mí que decía “La llave hacia la llave de tu libertad”, tome la daga y corrí contra la creatura, luche contra ella otra vez, hasta que vi mi oportunidad y logre arrancar la llave que tenía en su pecho, la creatura lazo un lastimero alarido y callo contra el suelo, corrí hacia la vitrina use la llave tome la daga dentro de ella y la clave en el corazón negro que se encontraba dentro, sonaron miles de alaridos escalofriantes no lo soporte solo caí desplomado al suelo .
Cuando desperté me encontraba en el suelo de mi habitación, corrí a abrir la puerta y estaba de vuelta en mi casa, pensé que todo había sido una pesadilla pero al revisar mi brazo tenía una cicatriz que decía “Jamás lo podrás olvidar”.
Desde ese día aprovecho todos los buenos momentos y me alegra seguir aquí y poder contarles esta historia.
Aunque quien sabe, tal vez tú seas el siguiente.
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