jueves, 17 de enero de 2013

Ven


“Ven” Rezaba el trozo de papel.
Lo recogí temblorosa y medio asqueada. Emanaba un olor no muy agradable, quizás el color oxidado de la hoja sea el causante.
Lo deje junto a los otros papelitos, en un pocillo cerca de mi Tv.  Me senté y encendí un cigarrillo, media  angustiada, media ansiosa, con mis manos agarrando una terca cabeza, cansada de pensar, de buscarle soluciones simples y rápidas a algo que me superaba de a poco.
Puedo ver un hilo de luz colándose por la ventana, que de cierta manera me entregó algo de calma.  Aun así, me da miedo abrir las cortinas, abrir las ventanas…los nervios comienzan a pasarme la cuenta.
La casa se siente extraña. Me da mala espina dirigirme a la puerta de entrada, me da mala espina el agua que sale de las llaves, todo me da puta mala espina.
Y esos mensajes…
Me levanto y me visto, por inercia, ya no como, ya no salgo, ya no sé que carajos pasa a mi alrededor, la lúgubre rutina comienza a devorarme poco a poco.
Salgo al pasillo y lo veo. El Ente, la sombra merodeando. Muero de susto pero no me molesta. Ya van 2 semanas, todos los días, recibiendo ese mensaje, por debajo de la puerta de mi habitación. “Ven”. Me dice que vaya, rodeado de un color parecido al del metal corroído, cada día más inentendible, pero ya se lo que dirá de todas formas.
¿Qué hice para merecer esto? Los Entes merodean la casa y no dejan pasar la luz, haciéndose más cada día que pasa, vigilantes y mañosos, me agreden cuando me acerco a puertas y ventanas, por eso no quería acercarme, tenia el presentimiento de que algo o alguien me lo impidiera. Nada parece tener vida aquí, busco y pienso, aun con mi cabeza donde corresponde, pero…
El espejo de la sala. Me paro en frente del reflejo, detrás mio los Entes se amontonan y miran curiosos la escena, pero en el reflejo mismo… no hay nada. Yo vivo, respiro, siento miedo y angustia, pero no puedo ver mi reflejo. Aún no logro entender…
¿Será que la locura comienza a hacer de las suyas? Había escuchado un par de historias como está, pero incrédula no me digné a investigar más. Es decir, ¿quién lo haría? Todos vivimos nuestro mundo perfecto, pero al parecer el mio comienza a terminarse.
Hoy desperté y no había mensaje debajo de la puerta. Las paredes se veían un tanto metálicas, las puertas, el suelo, todo ha comenzado a cambiar de aspecto. Hay un olor a oxido, extraño en el ambiente, y siento murmullos por los pasillos de mi casa. Salgo a mirar y bajo a la sala, ya no entra luz, no se si es de día, ni que carajos hora ni fecha es. Mi estado es deplorable, el agua sale rojiza y la comida comienza a pudrirse.
Me siento resignada en la mesa, mirando la foto en la pared, de mis mejores días…
Y por la escalera, se paran, me miran, susurran cosas entre ellos, veo que comienzan a tomar forma, hasta puedo distinguir su rostro en medio de luces rojas y olor a azufre…
MI vida no fue la de una santa, lo sé, pero tampoco merezco este castigo, si es que se le puede llamar así. Podría advertir a tanta gente de esto, que no sé exactamente que es… divago, dudo, concluyo estúpidamente, si Dios existe, está demasiado ocupado para mi.
Tengo miedo, tanto miedo que un par de lagrimas se escapan. Los Entes se ríen, me preguntan cosas que ni yo entiendo, lloran a mi lado, debería estar ya acostumbrada, pero no, simplemente no puedo. Arañan los metálicos muros, raspando las capas de oxido, y algo que parece… sangre.
Y el espejo ese, hace ruidos extraños. Escucho llantos, voces de niños, no fuertes pero están ahí, con un eco aterrador…
Me detuve ante el  antes de dormir, y poco y nada era lo que se veía. El negro era dominante en mi figura, pero podía ver mi casa, mis cosas, en perfecto estado. Y las voces, los llantos…
No entiendo nada…
Hoy tampoco había mensaje. Oigo una sirena grave sonar a lo lejos. Mis ventanas, selladas, mis paredes, oxidadas y manchadas con sangre y algo que no sé que diablos es. Salgo al pasillo, toda mi casa es una celda, con barrotes, metales, sonidos rechinantes, y los entes, parados, mirándome fijo.
Paso por frente al espejo y lo pateo con todas mis fuerzas, mas éste no se rompe. No refleja nada, un inquietante negro es todo lo que se ve.
Me siento y lloro. La sirena me inquieta, el olor es insoportable, los Entes me rodean y susurran, pero no me dañan. Ya no hay puertas ni ventanas en mi sala, no hay mesas ni sillas, no hay comida y el agua no es más que sangre, todo se vuelve cada día más pequeño y hostil. Pero aun no he muerto. ¿Debería tomar eso como una señal de esperanza? Bajo a la sala y comienzo a gritarles. Hay hombres, mujeres, hasta niños, paseándose, cada vez son más y más, y se me acercan día a día, algunos me miran fijo, otros tratan de tocarme…
¿Qué carajos quieren de mí? ¿Qué hice para que mi vida se convirtiera en una mala copia del Infierno?  ¿Esta es mi Locura o en verdad es que pasó esto?
Mas no hay respuesta de nada, de ellos, de nadie.
Me devuelvo a mi habitación, pero veo que ya no hay habitación. La puerta ha desaparecido, y el pasillo se acorta más y más. Y el espejo, ahí, negro, inamovible.
Ya no quiero nada, ya perdí  el miedo, las ganas, la esperanza. Me vuelvo débil, una pequeña bola de carne humana, grisácea, encerrada en la Cárcel del Infierno. Lloro, y me duermo tirada en el piso…
Desperté. Miré por la ventana y la noche arreciaba. Estaba en mi cama, en mi hermosa habitación, con los Posters de Harry Potter  y mis cosas personales. Solté unas lágrimas de felicidad y me levante. ¿Todo había sido un sueño? Una Puta pesadilla mejor dicho…
¿…y ese papel debajo de la puerta?
Dios… No, por favor no…
Lo recojo, tímida y con el peor miedo de todos.
Pero no dice nada, blanco total. Ese si que fue un susto, Carajo. No me da mayor importancia, lo arrugo y lo lanzo a donde caiga, muero de hambre y necesito una ducha, ya todo está bien.
… O eso creía. Al salir hacia el pasillo, Dios se encargó de demostrarme lo contrario.
No había pasillo, no había casa, ni siquiera estaba la puerta que acababa de cerrar. Una sirena sonaba potente y áspera en mi cabeza, ya no habían Entes, ya no habían escaleras, ni puertas, ni nada. Una sala, totalmente destrozada, con manchas de sangre y una lámpara roja colgando en medio. Y en frente mio, el espejo.
Me acerco curiosa, comienzo a sentirme liviana, un poco mejor… y en el espejo, una mensaje que dice “Ven”.
Y Fui.
Hoy desperté y vi el papel de nuevo. Ya sé que dice así que sólo lo dejé ahí.
Es extraño todo esto que está pasando en mi casa. Las ventanas ya no abren y hay algo que me ataca cuando trato de salir de mi casa. Había escuchado historias similares, pero nunca pensé que pudiera pasar…
Bajo a la sala y en el Espejo de Living veo una de esas sombras, esas que vienen merodeando mi casa hace un par de días.
Pero ahora puedo distinguirlas. Hay Hombre, mujeres, hasta niños, medios tristes, murmurando cosas.
Doy un vistazo al espejo nuevamente, y de él, veo una sombra pasar hacía mi casa. Así que de esa forma lo hacen… a través del espejo… Siento tristeza, no se porque…
Ya había escuchado sobre esto. Los Espejos, hechos verdaderos portales. La Obra del Diablo y el Permiso de Dios. Suena Tragicómico…
Es… es una chica… o al menos lo era… su cuerpo se volvió completamente negro, y se va caminando por el pasillo, como buscando algo…
Como todos los Demás Entes que se pasean por aquí, cerca del espejo ese…

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