miércoles, 16 de enero de 2013

¿Por Qué a Mí?


Estaba en mi casa jugando Warcraft III, uno de mis juegos de estrategia favoritos, cuando mi mamá llamo a la puerta de mi cuarto diciendo que venían a invitarme a una discotheque del centro de Valparaíso, que es donde vivo.
Me negaba a dejar mi entretención, además que estaba jugando con otros amigos online, y la verdad es que no tenía ganas de salir de mi casa. Me convencieron, no sé cómo pero lo hicieron. Me vestí lentamente para aburrir a mis amigos y que se fueran sin mí, pero lo único que gané fue un regaño de mi madre por la demora.
Salimos de casa caminando hacia la parada de buses, el camino era iluminado por la luz de la luna y por los faroles de la calle. Esperábamos en el pequeño paradero que pasara el bus pronto, ya que eran las 22:30 hrs. y después de las 23:00 dejaban de pasar y lo único que podríamos usar era un taxi, que a esa hora pasaban llenos por el retraso del bus.
Por fin apareció, luego de 20 largos minutos de espera, que mis amigos amenizaron con bromas, conversaciones o , simplemente, escuchando música con sus equipos móviles. Subimos al bus con normalidad, pero noté que venía mucha menos gente de la que debería (siendo fin de semana, donde todos salen a parrandear y a disfrutar del ambiente nocturno de esta hermosa ciudad, que es conocida por la bohemia y por su geografía incomparable, donde el mar y los cerros parecieran besarse por la cercanía entre uno y otro).
El bus siguió avanzando con una marcha casi ininterrumpida, ya que muy pocas personas lo esperaban, cosa que también me pareció más rara todavía. Pero me dije a mi mismo que no era nada y que podrían haber bajado todos ya al centro o a Viña Del Mar.
Llegamos al centro de Valparaíso a eso de las 23:05 hrs. y nos dirigimos a un pub de subida Ecuador (lugar muy concurrido de esta ciudad por la cantidad de pub´s que se encuentran en dicha calle). Mis amigos pidieron unos tragos, y sólo por acompañarlos yo también bebí. Conste que no soy un alcohólico, muy por el contrario, son raras las veces que bebo y nunca en mi vida me he embriagado.
Estuvieron disfrutando mucho esa noche todos mis amigos, pero yo no me sentía a gusto, me sentí algo mareado, sofocado y, aunque suene como un aguafiestas, aburrido. Me quería ir, pero nadie mas quería hacerlo, estaban todos tan felices que querían que esa fiesta durara eternamente. Les dije “vayanse al demonio, me siento mal y tengo que irme a casa”. Todos, en un principio, me decían que me quedara, pero ya tenía mi decisión clara; me iría con ellos o sin ellos.
Salí del pub, caminé unas cuadras hasta el paradero donde se detiene el taxi hacia mi casa, busqué en mis bolsillos mi portadocumentos (billetera) para sacar el dinero para pagar el taxi. Encontré la billetera, pero tenía un pequeño problema, mi dinero no estaba; había sido víctima de un robo. Seguí caminando en dirección a mi casa, que queda a unos 30 minutos caminando desde acá.
Iba caminando por uno de los callejones que conducen hasta mi casa, pero por alguna razón me sentía inquieto, la noche estaba demasiado tranquila. Por lo general los fin de semana no son tan callados, y menos por esos sectores. Faltaban aproximadamente 15 minutos para llegar a casa, cuando de pronto las luces de la calle se fueron, dejándome en penumbras y con un miedo que se fue acrecentando durante el transcurso de la noche.
Seguí subiendo, ahora con más cautela. Detrás de unos botes de basura se escuchaban unos ruidos que me pusieron la piel de gallina. Traté de no darle mucha importancia, pero mis nervios se destrozaron con lo que pasó después. De entre los botes de basura saltó una criatura hacia mí, quedé helado en un principio pero, como acto reflejo, me eché a correr sin ver atrás; pero como dicen, “la curiosidad es más fuerte”. Miré hacia atrás y, ¿qué era?un gato. Comencé a reírme solo por los nervios y seguí mi camino.
Parecía que la luz volvería a llegar, pero cuando estaba por encender se volvían a apagar. Caminaba y caminaba por unos callejones desiertos, solo iluminado por la luz de la luna.
Ruidos, ¿qué es? ¿otro gato?, jajajaja. Espera, no…no es un gato, ¿qué es eso?; aaaaahhhhh… un palo, toma maldito engendro. Qué mierda es esto, no le hice nada, debo correr o moriré.
¿Qué podrá haber sido eso?, no se parece a nada conocido. Era inmenso, creo que fácilmente legaría a medir unos 2 metros de alto; esas garras también eran inmensas, los brazos con estas últimas llegaría hasta sus rodillas. Era parecido a The Rake (o el rastrillo), con la diferencia notoria de postura y tamaño. La boca tampoco era ordinaria, era estirada como la de un lobo y sus dientes eran tan grandes y filosos que parecían puntas de diamantes incrustadas en sus encías.
Que cansancio, pero creo que lo he perdido. No, no puede ser ahí viene, tendré que hacerle frente o sino no me dejará en paz. En este momento está parado aproximadamente a 2 metros frente a mí.
-¿Quién mierda eres y Qué eres?
-Mmmmmm que malas palabras, no deberías decir cosas así, o te podrían cortar la cabeza.
-¿Y quén carajo lo hará? ¿Tu?.
-Jajajaja no, El que está detras tuyo.
Me sacudió un escalofrío que me hizo despertar, y me abalancé sobre el “¿animal?” que estaba delante de mi, mientras sentía como algo cortaba el aire a mis espaldas. Ese algo, en su recorrido, tomó parte de mi ropa y me lanzó hacia un costado. Me azoté completamente contra un muro. Tenía 2 opciones, luchar o esperar mi muerte sin hacer nada. Por lo menos ya tenía clara mi decisión. Me armé de coraje, ayudado por la adrenalina y me lancé contra el más cercano. Golpeé su pierna (o pata, qué se yo que era) con el palo que había tomado antes.
Parece que acerté un punto débil, ya que esa cosa comenzó a gritar de dolor; se levantó y vi sus ojos… sus ojos. Estos en un principio no se veían por la oscuridad de la noche, pero después del golpe que acerté en el engendro comenzaron a tomar un color amarillo, que después dió paso a un rojo brillante. Parecía que sus ojos tuvieran un destello propio.
El que estaba más atrás corrió hacia mí con la clara intención de matarme, corrí hasta una especie de enrejado que estaba cerca de mi posición y le di de golpes. Recibí un corte en el brazo, pero no me rendí. Mi deseo de vivir era más fuerte, era o yo o ellos, mi vida estaba en juego y yo no la iba a entregar sin jugar.
Terminé de sacar un fierro que había quedado suelto después de la arremetida de la bestia, la lancé contra el que ya había golpeado en la extremidad, acertándole certeramente en el área del pulmón, ya que por el golpe que le había dado anteriormente no podía moverse tan rápidamente. Mientras esto ocurrió, detrás de mí una danza de cuchillas bailó en mi pierna, provocándome un dolor tan espantoso que me hizo gritar.
Me parecía raro todavía que nadie saliera a la calle o se asomara por las ventanas; y de pronto lo ví, después de llegar la luz vi que las ventanas de todas las casas estaban salpicadas por un mar de sangre, de las puertas brotaba el líquido vital, asi como también me desangraba yo después del corte propinado por la bestia, corte que me destrozó la arteria femoral y que me hacía morir lentamente. Era una víctima más de esas criaturas que se acercan a mí, saboreando su victoria y queriendo mi cuerpo como trofeo.
Cómo podría saber que una salida de fiesta con mis amigos iba a terminar tan mal. Dios mío ¿qué hice para merecer esto?, no le hacía daño a nadie, ¡¡¿¿¿POR QUÉ A MÍ???!!
Y pensar que esa noche no quería salir de casa…

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