viernes, 21 de junio de 2013

La espera

Cada noche espero su regreso, hora tras hora. El reloj parece detener su ritmo, a veces enciendo la luz para ver el despertador y apenas han pasado un par de minutos. Al final lo siento entrar y como siempre encender la luz de la cocina, después abrir la nevera y sacar la botella de cerveza, me llega el olor a tabaco aunque él sabe que yo lo detesto. Al rato cuando se termina la lata de cerveza y el cigarrillo, se viene a la cama, entonces yo que estoy despierta finjo dormir.Ni el olor de la cerveza, ni el del tabaco logran disimular el olor a perfume barato. La mezcla de los tres me provoca y tengo que hacer esfuerzos para contener las arcadas. Una noche cuando él se duerme, me digo que no me merezco esa vida, así que empiezo a pensar en como terminar aquella falsa, en la que él presume antes su familia y amigos de ser un marido ejemplar, mientras yo sufro en silencio el abandono y los malos tratos.

A la mañana siguiente le digo que mi tía está enferma, que si me deja quedar esa noche con ella. Me mira con cara de asco y me dice:

– No creo que sirvas para enfermera, pero ve con ella, así se dará cuenta de lo bueno que soy, ja, ja.

No le contesto. Por la tarde a eso de las siete me voy casa de mi tía, que vive justo en la calle de atrás, en un edificio alto desde el cual se ve mi piso. Es muy mayor y se alegra mucho cuando le digo que me vengo a quedar esa noche con ella. Después de la cena y de charlar, mi tía se acuesta y yo me quedo un buen rato mirando la televisión. A la hora en que pienso que él regresa a casa me voy a la ventana, con el teléfono inalámbrico cerca. A eso de las tres llegó. Todo ocurrió de forma rápida, la luz de la cocina se encendió y la explosión de gas le arrojó por la ventana. Me apresuro a llamar a los bomberos, aunque he puesto lo que me interesaba en la caja fuerte, no es cuestión de perderlo todo.

Me pongo el abrigo y bajo a la calle a esperar a que lleguen. Les diré que al escuchar el estruendo, me asomé y vi que era mi casa. Por fin dormiré tranquila. Se ha terminado la espera de cada noche.

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