jueves, 21 de febrero de 2013
Crimen pasional
Cada vida tiene un sentido pero yo nunca lo encontré en la propia, los días se desgastan tan rápido frente a mi siendo cada uno tan igual al anterior que fácilmente dejé de observarlos, nada podía hacerme llorar o sonreír. Muchas veces llegó a mi la duda… ¿para qué seguir? y habría acabado con esta triste existencia de no ser por algo o mejor dicho por alguien, mi esposa, había sido tan egoísta como para arrastrarla a este abismo donde yo no quería estar solo, únicamente por que fue mi capricho, por que decidí una vez mas buscar la felicidad y fracasé, sería tan fácil creer que solo sería un bache en su camino pero cuando me dí cuenta ya teníamos hijos y era imposible.
Fui un padre no se si bueno o malo pero estuve ahí, los he apoyado y escuchado siempre que me lo han pedido pero cada día se alejan mas y vuelvo a sentirme vacío, para ella parece tan fácil todo esto, siempre los ve rebosante de alegría y los despide con un tierno beso en la mejilla, no es que sea feliz o que me guste pero me acostumbre a la situación, traté incluso de hacer mas de lo que debía pero no fue lo que esperaba.
Llegar antes a casa y sorprenderla con flores, fue la idea mas estúpida que pudiera tener en mi vida, al llegar vi un coche aparcado, no le di importancia y al notar varias luces apagadas entré silencioso para sorprenderla y vaya sorpresa que me llevé al encontrarla en nuestra habitación con otro encima, en mi corazón no entraron los celos… o tal vez si, ¿Porqué no lo hice yo? Con el menor ruido posible salí y me quedé en la entrada, miraba al vacío sin pensar, quería sentir tantas cosas que no sentí, después de esa noche mi única duda fue ¿quién es él?
Un compañero de trabajo, de buena familia, inteligente y atractivo, fue fácil investigarle ¿acaso las mujeres conocen la lealtad? unas cuantas palabras dulces, promesas vacías, una mirada y algo mas, fue suficiente para que su mejor amiga la traicionara.
Ese fue el principio de cómo terminé así, con ese hombre frente a mi, inconsciente e indefenso, un poco de presión en su cuello con la navaja y terminaré su vida, así de frágiles somos; él la conoció antes que yo, siempre quiso desposarla, esa era su felicidad y yo se la arrebaté ¿quién es en realidad el afectado? ¿realmente me afecta que me quite algo que no quiero?… no, me afecta que ella pueda ser feliz, que encuentre lo que yo no pude seguir buscando por quedarme a su lado… por eso es que lo confieso, yo los maté… maté a los que crié como mis hijos… al final no supe ni como verles, tal vez por que la obligación era mas que el amor… maté a mi mujer… no busquen un arma por que no la hay, lo hice con mis propias manos, mis uñas se levantaron y mis dientes se cubrieron de sangre… dulce sabor metálico que por fin me hizo sonreír.
Probablemente me busquen por el asesinato de aquel hombre pero yo no lo hice, sería extraño que lo supiera entonces pero estoy seguro de que se suicidó… al final solo yo le entiendo, por que él tendría el coraje que a mi me falto hace tiempo… esa sensación de rozar el cielo y desplomarte a la nada… es la sensación que nos causó la misma mujer de diferente forma…
Esta es mi confesión, son libres de creerla o no, encerrado, muerto o libre es lo último que diré puesto que no tengo que apostar no tengo que perder….
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