miércoles, 27 de febrero de 2013

El Espantapájaros


Era una mañana lluviosa de Agosto la que recibió aquel amargo llamado de la policía, quien le informaba al señor Steven Laurence que el cuerpo sin vida de su amado padre había sido encontrado irreconocible en la granja donde había vivido toda su vida, producto quizás por un accidente doméstico. Steven cayó entre lágrimas, debido a que apreciaba mucho a su padre, pero la última vez que habían hablado había surgido una discusión entre ambos que hizo que se distanciaran.
Dos semanas de negro habían pasado, y la granja quedaba a disposición de su único heredero. Steven tenía una esposa llamada Adryanne, y un pequeño niño llamado Cody. La vida en la ciudad se había tornado bastante penosa, y no duraron en pasar un tiempo alejados de todo aquel caos diario.

Adryanne estaba contenta de estar en una granja tan agradable como aquella, porque padecía de asma y el aire fresco le refrescaba los pulmones. El pequeño Cody estaba ansioso por tener nuevas aventuras en su nuevo hogar. La granja poseía un gran terreno; en la entrada había un gran maizal que se expandía mas de 100 metros, y al fondo se hallaba una linda cabaña de madera con un porch pequeño, donde había una vieja silla mecedora de madera, la silla del padre de Steven.
Junto a la cabaña había un viejo granero bastante maltratado, despintado sucio y muy deplorable. La mujer pudo divisar algo sumergido en el maizal, algo que sobresalía por su altura, y su esposo fue a investigar.
En el centro del maizal había un espacio de tierra, vacío y a la vez en su centro descansaba un viejo espantapájaros. El muñeco era muy original; tenía extremidades de madera, tenía encima unos viejos trapos y un sombrero de paja sobre su cabeza. A diferencia de otros, su cara no estaba en blanco; de ella salían dos ojos de botones y una boca cocida, no estaba triste ni tampoco feliz. Para finalizar la descripción, de su cuello colgaba un cartel de cuerda y madera, que decía con claridad la palabra ‘Billy’. Steven recordaba aquel espantapájaros, le temía de pequeño porque era tan aterrador que ademas de espantar a los cuervos, espantaba también a los niños; lo dejó descansar en su lugar, porque no quería deshacerse de él.

Todo iba bien por unas semanas para la familia Laurence. El niño Cody estuvo aburrido al principio, sus paseos en bicicleta no lo llevaban a ningún lugar interesante, sus muñecos no le llamaban la atención, sus amigos estaban a cientos de kilómetros y en esa zona no conocía a ningún otro nuevo amigo para jugar. Pero todo cambió cuando conoció a Billy mientras buscaba su pelota de baseball. Cody se la pasaba todo el día dentro del maizal jugando con Billy, como le contaba a sus padres. Al principio era normal que el pequeño se comportara de esa manera, pero después de unos días se negaba ir a visitar un rato a sus amigos a la ciudad o ir a pasear… Prefería quedarse con Billy. Las cosas se ponían un poco exageradas. Al poco tiempo descubrieron heridas y rasguños en sus pequeños bracitos, él decía que Billy se los ocasionó accidentalmente mientras jugaban a las atrapadas, por lo que sus padres, ademas de no creerle le prohibieron que juegue con el Espantapájaros. Cody trató de evitar eso y lloró con mucha tristeza, estaba desesperado… Adryanne preocupada por que su hijo tenga algún problema mental, decidió en llevarlo con un profesional pronto.

Las cosas se iban poniendo cada vez peor en la familia. Adryanne estaba mas exhausta que nunca, mantener la granja era una tarea muy difícil y mas realizarla a diario. Cody parecía un pequeño demente encerrado en su cuarto sin hacer nada y Steven estaba tenso y preocupado por su familia. Para empeorar la situación, cada mañana aparecían animales degollados en la entrada de su casa. Los primeros días eran pequeños roedores, pero no era de extrañar, parecía algún gato que dejaba su alimento en el mismo lugar. Pero luego eran gatos y perros los degollados que se encontraban en el mismo lugar que los roedores. Tal vez, sea algún lobo que estuviera merodeando por la zona, un lobo mata-perros… Hasta que una mañana, Steven quedó horrorizado ante aquel caballo degollado frente a su puerta. Desesperado, concurrió a la policía local. esto se trataba de algún loco que estuviera tratando de asustar a la familia, por lo que se puso en marcha una pequeña patrulla de policías para hallar al responsable de aquello.

Una noche, Steven se despertó por los ruidos que hacían la puerta principal. Bajó para ver, y la puerta estaba entreabierta. Salió afuera y pudo ver una luz de linterna, muy tenue, dentro del maizal. Se adentró con un bate en sus manos dispuesto a desnucar al maldito loco que asustaba a su familia, pero no era nada menos que Cody, quien estaba junto al cuerpo de madera, tirado a unos metros de su base. Su padre lo regañó por estar a altas horas de la noche en el maizal con una persona demente asechando por esos lugares. Pudo ser peligroso para el niño, pero éste se defendió diciendo que Billy lo había llamado a su ventana. Sin ganas de escuchar las mentiras de un niño de su edad, lo mandó a su cuarto de inmediato y se propuso a acomodar el espantapájaros. Pero algo andaba mal, pues era muy pesado, lo suficiente como para que un niño como Cody lo sacara de su base y lo arrastrara por lo menos un metro… Capaz que lo empujó y el muñeco se deslizó por la física… Debía ser eso.

En la mañana, hallaron cerca de la puerta la cabeza de un conejo, brutalmente arrancada de su cuerpo junto a un muñeco de Cody… Adryanne tuvo la hipótesis de que su hijo hubiera sido el culpable esta vez, pero el niño le echó la culpa a Billy una vez mas… Por última vez. Steven, harto de oír ese nombre, se dirigió para deshacerse del muñeco… Pero sus venas se helaron al el espantapájaros de pie, mirando fijamente a Steven… Todos sus recuerdos de niñez volvieron a su mente, recuerdos olvidados, donde Billy golpeaba a Steven y lo amenazaba de muerte si se alejaba de él, sus largas noches de insomnio por ver a Billy junto a su ventana, y ese terror que surgía al ver la macabra risa del muñeco al ver el el maizal.
Steven no podía creerlo, y huyó de el lugar hasta su casa, pero Billy estaba inmóvil, dejó que se valla. Sin nada mas que aclarar, se puso a empacar sus cosas y la de su familia, pero al noche se asomó al terminar. La carretera era peligrosa y mas si Steven estaba al volante, agotado de aquel día lleno de emociones. LA familia pasaría la última noche en la cabaña, y en la mañana habrían abandonado el lugar para siempre.
Una luz despertó a Steven de su ventana, y salió a ver qué sucedía afuera. su desesperación era grande, pues el granero ardía en llamas y era demasiado para que sólo él pudiera detenerlo. Quiso llamar a emergencias, pero no pudo. Estaba en el porch de la casa, sentado, meciéndose sobre la vieja silla de su padre. Ahí estaba sentado Billy, observándolo con una guadaña en sus manos de madera…

El informe policial indica que pasaron 10 días del mes de septiembre, en el año 1987. El reloj indica las 11:39 horas. Según vecinos rurales, una granja cercana tuvo un incendio entre las 3 y 4 de la madrugada. Se hizo un rastrillaje en la zona luego de que el fuego se extinguiera. Dos cuerpos calcinados fueron encontrados en las ruinas de la casa, al parecer el granero se incendió y luego se extendió hasta la cabaña, y no dio tiempo a salir a sus ocupantes. Los investigadores niegan la hipótesis del accidente, pues un tercer cuerpo fue hallado cerca de las ruinas de la casa. Un cuerpo de un hombre adulto, degollado con un corte perfecto, y una guadaña oxidada a unos pasos del mismo. Se quisieron buscar algún rastro o alguna pista que pueda llevar a algún homicida. Sólo se pudieron ver unas pisadas que se pierden en el maizal. Dentro sólo se haya un viejo espantapájaros, bastante peculiar con unos viejos trapos y un sombrero de paja de vestimenta. En él pueden notarse sus ojos de botones, y una linda sonrisa cocida en su rostro.

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