lunes, 18 de febrero de 2013

"El no nacido"


Carolina y su esposo estaban muy contentos por haber confirmado su embarazó, los días les pasaron volando hasta los siete meses, cuando ya tenían todo listo para la llegada del bebe. Ella estaba ya en casa de tiempo completo, con una enfermera, mientras él trabajaba un turno de 12 horas.

Una tarde muy fría, Carolina envió a la enfermera a que trajera unas tasas con chocolate caliente mientras se sentaban junto al fuego de la chimenea. Unos segundos después de que ella se marchó a la cocina, escuchó un terrible grito, corrió de prisa pensando que la señora podría estar teniendo alguna clase de molestia, pero para su sorpresa, estaba tirada en el piso, con el vientre abierto de par en par, se veía con claridad que algo salió desde adentro. La enfermera horrorizada llamó al señor de inmediato, pero al estar al teléfono, pudo ver que se reflejaba en la pared una pequeña sombra, que no le dio tiempo de voltear y la ahorcó con el cable del aparato.

El padre ya venía en camino, alertado porque la llamada se cortó, estaba algo preocupado, cuando se bajó del auto, la puerta estaba abierta, rechinaba movida por el viento, el entró con mucha cautela, para ver a las dos mujeres tiradas en el piso, escuchando en el fondo una risa traviesa, veía con mucha incredulidad, como el bebe se movía con una destreza que parecía tener una larga vida. Con el rostro ensangrentado, y filosos colmillos en lugar de dientes, recordó como una vieja extraña en la calle, le dijo que su hijo estaba maldito, que sería solo causa de desgracias, y debía terminar con él.

Pero fue más fuerte el amor del padre por su bebe, que lo llamó tiernamente a su lado, lo acurruco en su saco, y le prometió que lo cuidaría por siempre. Fueron juntos al jardín a enterrar los cuerpos, ya que el bebé se negó a tomar leche, tubo que engañar a mujeres cada cierto tiempo, para alimentarlo, jugaba un poco con ellas, para después asesinarlas, y terminar por comerlas.

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